jueves, 23 de mayo de 2013

Nuevas urbanizaciones con calles sin aceras ni árboles

La nuevas urbanizaciones en Maturín se están construyendo con un modelo INSOSTENIBLE de ciudad. La huida desenfrenada del centro y de los edificios, repitiendo al infinito viviendas unifamiliares o bi-familiares que brindan una falsa ilusión de libertad o independencia, con calles sin aceras ni árboles, dificulta cualquier integración urbana, crecimiento a futuro o uso de los espacios públicos.

¿Desde cuando se puede hacer calles sin aceras? ¿Cómo obtienen el permiso de habitabilidad? Será que las urbanizadoras deciden ahorrar dinero al no hacer las aceras ni plantar árboles, o el temor a los buhoneros se ha internalizado en el subconsciente.


Calle en urbanización al Sur de Maturín aún sin habitar.


Urbanización de la Zona Industrial recién ocupada. Aquí todavía hay grama al frente de las casas y no ha comenzado la carrera loca por construir los estacionamientos techados.

Aquí ya comienzan a pavimentar y arrancó la competencia por construir el PEOR de los estacionamientos techados.


En esta urbanización del Sur ya los RANCHOS para los carros comienzan a desfigurar el paisaje urbano.

LOS BENEFICIOS DE LOS ÁRBOLES

Con los árboles en las ciudades podemos moderar el efecto de isla de calor causado por el pavimento y los edificios. La temperatura es más fresca en la proximidad de los árboles que lejos de éstos. Cuanto más grande sea el árbol, mayor será el enfriamiento. El gasto en aire acondicionado es menor en un hogar sombreado por árboles.






Los árboles dan privacidad, enfatizan vistas u ocultan aquellas que son desagradables. Reducen la luz intensa y los reflejos indeseados o molestos. Dirigen el tránsito peatonal. Proporcionan vistas, complementan o realzan la arquitectura.


Los árboles alteran el ambiente en el que vivimos moderando el clima, mejorando la calidad del aire, conservando agua y dándole albergue a la vida silvestre. El control del clima se obtiene al moderar los efectos del sol, el viento y la lluvia. La caída directa de la lluvia, primero se absorbe o se desvía por los árboles, dando protección a personas, animales y edificios. Los árboles interceptan el agua, almacenan parte de ella, reducen el escurrimiento excesivo causado por las tormentas y la posibilidad de inundación.

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